Paisaje contenido, 50 metros cuadrados de pasto sintético y 40 volúmenes realizados de polietileno negro de alta densidad con remaches de acero inoxidable, cada uno de estos volúmenes mide 70 centímetros de largo por 68 centímetros de diámetro, dimensiones variables. 2005. Kunstverein, Göttingen, Alemania.
La exposición Paisaje Contenido propone la utilización de distintos productos previamente elegidos, los que cualquier persona puede encontrar y comprar en multitiendas para el hogar tales como la cadena de tiendas OBI o Bauhaus, en estos lugares es común encontrar objetos que por su lógica comercial se producen en serie, lo que supone un sistema de producción industrial en beneficio del consumidor y del mercado, mi interés respecto de este tema radica en la posibilidad de trabajar con la serie a partir de la utilización del modulo ( en este caso las bateas para prepara morteros de cemento) y la reutilización de él por medio de su propio sistema modular para generar una *simbiosis que permita repotenciar una nueva objetualidad que sin desprenderse de su forma se desdibuja y se presenta como un nuevo objeto, el que pareciera olvidar su origen pero que redunda en si mismo. Este “nuevo objeto” me permite desarrollar un trabajo que plantea una visualidad relacionada con el paisaje y la ocupación de un espacio determinado ( en este caso la arquitectura de la sala de exhibición) este espacio en cuestión plantea ciertos limites que son propios de los espacios arquitectónicos, limites que determinan la habitabilidad del lugar y la función de él, si bien en una sala de exposiciones la función esta dada ciertamente por el echo de exponer algo, mi interés es tomar este espacio como si fuera un contenedor y específicamente un contenedor de paisaje, es decir, un paisaje contenido.
La reflexión a partir del concepto del paisaje y la contención de él tiene relación con la misma oferta que hacen las multitiendas antes señaladas, las que ofrecen a sus clientes la posibilidad de crear, reacondicionar e instalar un paisaje absolutamente ficticio, todo esto dado por la posibilidad de comprar “pequeños trozos de paisaje “ y organizarlos a su antojo e instalarlos en sus hogares u o otros espacios determinados, creando así pequeños “paisajes contenidos” y no solo contenidos por un espacio delimitado arquitectónicamente, sino que contenidos conceptualmente desde el momento que nos planteamos la posibilidad de crear un espacio que esta absolutamente bajo nuestro control y delimitado ya no solo por la espacialidad del lugar sino que también por el gusto y el esteticismo particular de cada cliente.
Ciertamente estos paisajes contenidos van mas allá de los limites de lo domestico o de lo inmediatamente controlable y este concepto se amplia si lo aplicamos a espacios con mayor capacidad de contención o a paisajes urbanos y naturales. Con estos dos últimos son con los que he querido trabajar en esta instalación especifica, para lo cual tomo aspectos relacionados con el paisaje natural, es decir, con la espacialidad, la visualidad, la lógica orgánica de los paisajes naturales, el horizonte, el color, las texturas y los estímulos propios que produce el goce de un paisaje y por otro lado toda la visualidad y materialidad que nos ofrecen los productos pre – hechos, los que contienen una carga de artificialidad y simbología muy fuertes pretendiendo imitar o representar una realidad que se hace esquiva con estos objetos, pero que satisface un nuevo gusto estético y aspectos prácticos, como la mantención, los cuidados, el riego, etc...
En la utilización del pasto sintético existe una cita explicita del paisaje, pudiendo ser este domestico o natural dependiendo de sus dimensiones que en este caso juegan con la ambigüedad de ambos, ya que si bien las dimensiones del espacio usado (la sala) no corresponde a las de un paisaje natural, sino que podrían ajustarse de mejor forma a las un jardín domestico, sin embargo los objetos dispuestos sobre él quiebran la escala de un jardín domestico y citan (por sus proporciones) las dimensiones de un espacio natural a modo de grandes semillas diseminadas en el piso, las que a su ves por su tamaño y densidad en relación a las proporciones de la sala hacen que se genere una mayor sensación de contención.
El espacio desocupado de la sala predispone al visitante tomar una posición especifica de observación, situación que se da al desear tener una mejor perspectiva para mirar algo, para lo cual buscamos siempre el lugar mas propicio para poder observar en plenitud un paisaje determinado, ese punto de vista establece entonces un horizonte, cuestión preponderante al momento de hablar o citar un paisaje.
La distancia que establece este espacio en blanco hace que el observador solo participe desde fuera de la obra y en su mirar haga la acción de contener el paisaje.
Este trabajo fue cambiando y regenerándose a medida que transcurrió el tiempo de exhibición (45 días) convirtiéndose en un paisaje que tenia la cualidad de dar cuenta del paso del tiempo, lo que a su ves respondía a los sistemas cíclicos propios de la naturaleza.
Créditos fotográficos: Cristián Salineros F.